Dentro de la estructura social colombiana existen formas de vida tan diversas como regiones y dialectos hay a lo largo y ancho de nuestra geografía. Por ello, no existe un concepto unívoco de bien común que determine la legitimidad del ordenamiento jurídico nacional, debido a las características sociológicas de nuestra nación. No hay un consenso en el ethos colombiano, se impone uno sobre los otros. El Presidente de la República encarna el ethos dominante, y a su vez tiene una injerencia determinante tanto en la conformación de las altas Cortes como en el poder legislativo. Por esto, cuando la Corte Constitucional interpreta la Constitución y cuando el Congreso legisla, lo hacen de acuerdo con el ethos imperante.