<p>El artículo nos muestra cómo a partir de las experiencias compartidas con el maestro Daniel Herrera, la fenomenología no dista de ser un trabajo en el cual el filósofo detalla el mundo de la vida como si se tratara de un texto encriptado que exige la reflexión fenomenomenológica, como si este fuera una lupa en manos de un riguroso lector. El texto rememora las visitas del profesor Juan Cepeda a la casa del maestro Daniel Herrera, y cómo éste respondía a sus inquietudes haciendo uso de una lupa para asistir su lectura.</p>