La pregunta por la filosofía en este mundo contemporáneo agobiado por procesos crecientes de mercantilización y globalización puede pensarse inútil y sin dirección concreta, no obstante, la filosofía se convierte en una forma de resistencia, en una línea de fuga, que permite a los sujetos, que entran en contacto con ella, volver sobre el pensamiento, romper su imagen dogmática y, ubicarlo en un plano de la creatividad, la crítica y la heterogeneidad.