Autores como Lukacs o Adorno, por solo mencionar algunos nombres del siglo XX, han visto en el ensayo uno de los generos literarios fundamentales para la expresion y exposicion de ideas, con el bemol de que el ensayo siempre esta en conflicto con otras plataformas de conocimiento, como las del orden establecido por la institucion y la academia. Desde una postura compartida, el ensayista y critico Efren Giraldo se ha preocupado por la reinvindicacion del ensayo literario, como una fuente de figuracion de la realidad, en el ambito intelectual colombiano. Asi lo atestigua “El ensayo y las posibilidades de la critica –academia, opinion publica y escritura sobre arte contemporaneo en Colombia”–, o “Un paseo por los suplementos. Ensayos y fallos en el Premio Nacional de Critica de Arte”; textos que presentan al genero como un “vehiculo privilegiado de expresion del pensamiento” (Giraldo, 2008); y atacan a los productores de conocimiento contra los que se enfrenta el ensayo: la Academia y su burocracia profesoral anhelante de convocatorias; y los medios virtuales de la Red, de falsa postura conceptual. A pesar de estas apreciaciones sobre el ensayo, sorprende que en el mundo del pensamiento colombiano sean pocos los aportes para una reconstruccion de la tradicion ensayistica del pais, tan importante para la configuracion de la realidad nacional. Aqui no se quiere afirmar que no existan antologias, muestrarios y compilaciones en Colombia, pero si sorprende que sean escasos los analisis plenamente literarios sobre un genero que, en Latinoamerica, fue instrumento por excelencia de la esfera intelectual en la accion social, politica y