Las diferentes guerras habidas en el siglo XX que han implicado a la mayoría de países del mundo provocaron que las corrientes culturales, artísticas, filosóficas y movimientos sociales tuvieran una recesión que en algunos aspectos crean nuevas formas de entender el arte. Un de estas creaciones surgidas tras la Primera Guerra Mundial es Dadá y su conceptualismo artístico que influye tanto en las técnicas artísticas como en la vida y concepción del arte de los creadores posteriores. Crean a partir de objetos de uso cotidiano, elementos extraños para el mundo del arte, nuevas tecnologías como el cine y la fotografía y nuevos materiales para crear obras de arte dándoles una gran relevancia ante la clase burguesa dominante en ese momento. El periodo de entreguerras fomenta el surgimiento de las llamadas segundas vanguardias que, influenciadas por las corrientes artísticas anteriores a la Gran Guerra y del siglo XIX así como las corrientes de pensamiento coetáneas, revolucionan el mundo del arte. Dadá busca la bondad intrínseca de lo humano ante la catarsis de la guerra en manifestaciones “extravagantes” y de manera extraña para la sociedad de su tiempo. Dadá no significa nada, aún así tiene una profundidad de conocimiento y la intención de hacer creer a la clase burguesa que esa nueva concepción del arte realmente tiene un significado más allá de lo que se muestra. El resultado es la admiración de la burguesía sin entender nada, algo que Dadá tenía como finalidad, el dejar en evidencia una clase media acomodada en parámetros tradicionales e inmovilistas. Las diferentes reacciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial con un revival de Dadá en los Estados Unidos en los años 50 y las culturas y subculturas, como el Opo At o el Punk, nacidas de las crisis económicas de la postguerra y tras los años 60, muestran de nuevo el conceptualismo en el mundo del arte y su autosuficencia. La cuestión es si la falta de trabajo artístico le da valor a todas estas obras pues aunque la intención y profundidad de Dadá es evidente tras 1945 y sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX la falta de contenido en el arte conceptual difiere y se aleja de Dadá, lo que nos hace plantear a su vez si a partir de obras de arte vacías de valor artístico se puede realizar, a su vez, una extracción del conocimiento humano.