Este ensayo tiene un doble propósito. El primer consiste en analizar la conexión de Canadá y la reiterada voluntad política del gobierno de este país en construir un concepto de identidad pan-canadiense, el cual se basa en la promoción internacional de ciertos valores de carácter universal. El segundo propósito es examinar -a partir de aquellos elementos que son sustanciales en la formulación oficial de dicha política exterior- cómo se utiliza el discurso sobre la alteridad para construir un referente conceptual de unidad nacional.