El propósito de este artículo es señalar que entre el conjunto de bienes tangibles e intangibles que constituyen a la cultura humana hay un olvido por parte de las ciencias sociales y las humanidades, de los efectos causales que produce el entorno material y sus artefactos. Se defiende una visión de cultura como arreglos causales en las que no existe diferencia entre cultura material y cultura simbólica, que da como consecuencia la aceptación del entorno artificial como nicho ecológico, en las que existe una coevolución entre el ambiente técnico y los humanos. Esto convierte a las redes de artefactos en el hábitat de los seres humanos en el que son posibles las prácticas humanas.