El nuevo milenio ha traido consigo un sinnúmero de cambios y desafíos de todos los órdenes en cada aspecto del quehacer humano y como es obvio sin ser la excepción en nuestro rol como ingenieros. Atrás quedaron ideas tradicionales que relacionaban a los profesionales de la ingeniería con una figura exclusivamente operativa, adornada de elementos exclusivamente técnicos y con una participación limitada a la ejecución de los procesos productivos sin integración a actividades propias de las organizaciones.