El “microhistoriador” mexicano Luis González y González, justificando su invitación a la realización de microhistorias, propone una clasificación crítica de diferentes tendencias en la manera de proceder por parte de los historiadores. En su libro “Nueva invitación a la microhistoria (1982) propone el establecimiento de límites entre la Macrohistoria, la Historia de Bronce y la Historia Anticuaria (la microhistoria) y justifica allí tal delimitación. Esta delimitación el autor la retoma en una obra posterior, Pueblo en Vilo, publicada en 1995.La invitación a reconstruir microhistorias es vigente, mucho más en un mundo donde la deificación de lo global justifica su crítica desde lo local. Pero es vigente en tanto se realicen algunas precisiones epistemológicas y políticas, objetivo del comentario que se concreta en este artículo de reflexión.