El analisis historico de revistas no tiene gran tradicion en el pais, posiblemente por la sencilla razon de que la propia definicion del genero resulta un ejercicio complejo. En el caso de las revistas de historia y de ciencias sociales es muy poco lo que se ha avanzado, a pesar de los esfuerzos grandes que en ese terreno realizo el Boletin Cultural y Bibliografico del Banco de la Republica, a partir de 1984, y a pesar de que muchas de tales revistas resultan de innegable calidad y de aparicion casi regular. Por lo demas, la existencia desde hace unos anos de una asociacion de revistas culturales (ARCCA) y, en un campo estrictamente academico, la reciente creacion de sistemas de clasificacion de revistas por parte de COLCIENCIAS, son signos mas o menos seguros de que el numero de revistas ha estado creciendo y que las exigencias y metas que cada una de ellas se coloca tienden a ser mas elevadas que en el pasado, como lo pone de presente el hecho de que muchas de ellas son efectivamente revistas arbitradas, en las que la definicion respecto de la publicacion de un articulo puede tomar varios meses, aunque en este movimiento reciente de crecimiento no deja de observarse que muchas de las nuevas revistas universitarias responden no tanto a una acumulacion previa de conocimiento, al deseo de dar a conocer de manera amplia las investigaciones en curso o al interes en propiciar debates, cuanto a una intensa labor de maquillaje que busca dar la impresion de que ciertas instituciones universitarias se encuentran a tono con las nuevas exigencias que en el terreno de la calidad ha impuesto la politica modernizadora del Estado.