Se estudiaron 77 pacientes con nódulos tiroideos hipocaptantes, demostrados por gamagrafía, por medio de biopsia tiroidea por aspiración y terapia supresiva con hormonas tiroideas durante 6 meses o más. Se realizó estudio ecográfico del nódulo antes de iniciar la terapia y seis meses después de estarla administrando. Todos fueron intervenidos porque en ninguno desapareció el nódulo con la terapia, a pesar de que se obtuvo supresión de la tirotrofina en plasma. La biopsia tiroidea por aspiración (BT A) fue Interpretada en todos los pacientes como bocio coloide o nodular o neoplasia folicular. En contraste, en el estudio de la pieza quirúrgica 52 pacientes presentaron bocio nodular, multinodular o coloide; 16 tenían carcinomas (12 papilares y 4 foliculares) y 9 tiroiditis de Hashimoto. Contrariamente a lo esperado se observó que 5 de los carcinomas (31.3%) disminuyeron de volumen durante el tratamiento hormonal; de acuerdo a la ecografía la disminución promedio fue 0.41 cm3. En cambio 4 de los 52 nódulos benignos (7.7%) aumentaron de volumen, en promedio 3.7 cm3. Estos hallazgos sugieren que la prueba de supresión con hormonas tiroideas no es confiable para definir si una lesión es benigna o maligna. En el estudio quirúrgico se demostró que 20.8% (16/77) de los nódulos eran carcinomas. A la luz de estos datos la biopsia por aspiración no estableció por lo general el diagnóstico de carcinoma; por ello se debe recurrir a la cirugía aunque la biopsia sea negativa.