Al indagar por las diversas comprensiones acerca de la investigacion en artes, es comun encontrar multiples posturas dentro de las cuales, a pesar de la variedad de puntos devista, es posible identificar una tendencia comun en la que se reconocen y diferencian dos componentes del ejercicio investigativo: el trabajo de produccion artistica, por un lado, y las cuestiones historicas y teoricas que dicho trabajo suscita por el otro. Algunos han optado por privilegiar uno de los dos ambitos. Sin embargo, la mayoria de intentos recientes se dirigen a pensar la posibilidad de una relacion entre ellos. El problema central al que se enfrentan dichos intentos es la posibilidad de definir una nocion de investigacion en la que se construya un puente que permita solventar la dualidad entre practica creativa y reflexion teorica. Este ensayo parte, sin embargo, de un punto diferente, aunque parezca muy similar: tal dualidad nunca ha existido y debe encontrarse el terreno en que sea posible deconstruir dicha separacion, propiciando una nueva comprension de la investigacion artistica. No se trata de definir la investigacion en las artes sino de pensar el terreno basico desde el cual puede concebirse una nocion de investigacion que incluya tanto el hacer creador como la reflexion teorica sin suponer una diferencia fundamental entre ellos que nos obligue a seguir pensando en terminos de un puente o conexion necesaria. Dicho terreno es la escritura. Mi hipotesis consiste en que la base para construir una relacion entre arte e investigacion, mas alla del falso problema de la articulacion entre teoria y practica, es una comprension del papel de la escritura en el arte.