Para la segunda mitad del siglo XX la ciudad de Cartagena adoptará el Plano regulador de 1948. Estrategia de la política urbana que respondía a los intereses de las autoridades nacionales y locales por hacer de la urbe un espacio funcional que respondiera a la necesidad de diversificar su aparato productivo. En este sentido la ciudad es zonificada en aras de lograr su mejor funcionamiento en el presente y en el futuro. Sin embargo, la renovación urbana sugerida en el plano fue parcial, pero, sobre todo, las innovaciones en cuanto equipamiento revelan el que parece ser el rasgo estructural de mayor duración durante la pasada centuria en la ciudad heroica: la exclusión social de vastos sectores de la “otra” Cartagena.