Los discursos de oradores como Isócrates, Gorgias, Antifonte, Lisias, entre otros, e igualmente, los dos tratados de retórica que conservamos de la segunda mitad del siglo IV a. C no solo pueden considerarse como piezas literarias construidas con gran habilidad o como manuales con recetas para aplicar sino como fuente de conceptos de interés para la filosofía. En este artículo analizaremos uno de esos conceptos, τὸ εἰκός. Traducido normalmente como “probable” o “verosímil”, los eikóta son recursos argumentativos utilizados desde los orígenes de la práctica de arte retórico, sobre todo en espacios judiciales y, particularmente, fueron usados en aquellos litigios en donde la falta de testigos o testimonios hacía difícil inclinar favorablemente al juez. Pero también los eikóta ocuparon el centro de la crítica platónica al ser definidos como opuestos a la verdad (ἀλήθεια).