En la sociedad colonial se desarrollaban actividades ludicas con las que se transgredia el orden moral y jerarquico de la sociedad. Hasta llegaba a hacerse burla de los roles de genero, pues los hombres se disfrazaban y se comportaban como mujeres, y viceversa. Negros y blancos se sentaban a la mesa a jugar, como iguales, en el espacio permisivo de las fiestas patronales. No faltaban los bailes insinuantes y eroticos que despertaban la libido, muchos de ellos condenados por el fuero eclesiastico. Mascaras y disfraces ocultaban la verdadera identidad de los individuos, lo que era una ocasion propicia para hacerle bromas pesadas a amigos y rivales. De otro lado, se llevaban a cabo competencias a caballo, en las que no eran desconocidas las trampas y las tacticas sucias. Este articulo muestra que, en el periodo colonial, el espiritu ludico no estaba ausente, como comunmente se concibe.