Por estos días la empresa universitaria, de nominación que con el permiso de los directivos de las universidades y la norma ISO, se ha dado a los claustros académicos, ha cambiado la preocupación por el conocimiento por la tediosa e improductiva tarea de llenar for matos; con esto no sólo se es infiel a una tradición bien ponderada entretejida con pensadores por antonomasia como Platón, Lucrecio, Aristóteles, Descartes, Locke, Kant, Wittgenstein, entre otros, sino que se desvirtúa la labor docente e investigativa que entre otras cosas, más que estar preocupados por sus métodos, saberes y procesos reales de investigación, están impacientados por diligenciar formatos