La imitación como principio general del arte no es sólo una doctrina platónica sino griega, que se mantuvo hasta el siglo XVIII. Con el romanticismo comenzó la crítica y el descrédito que todavía hoy caracteriza la comprensión de la mimesis. La objeción principal, y en particular contra Platón, es una supuesta concepción racionalista que impide reconocer la verdadera naturaleza del arte, su relación con la realidad (natural e ideal), así como la originalidad productiva o expresiva del artista. El autor muestra la ilegitimidad de esta crítica. Para ello sigue tres pasos: 1. Para Platón, copia no es copia servil. 2. La fantasía y la autoexpresión de la estilica moderna no puede desconocer los elementos imitativos del arte. 3. Recompone los textos donde Platón aborda el tema de la imitación, tergiversados u omitidos en las críticas corrientes