Podemos afirmar que la mayor parte de las acciones de los gobiernos, de las instituciones que ellos dirigen y de las entidades ejecutoras de esas instituciones tienen un punto en común: aumentar la esperanza de vida de los seres humanos a través de acciones encaminadas a fomentar la salud, prevenir la enfermedad, recuperar al paciente y rehabilitar al lesionado, haciendo honor al aforismo que dice: La salud es un medio y es un fin del desarrollo de los pueblos.