Romano Guardini pronunció gran parte de sus lecciones sobre ética en la Universidad de Múnich. En estas se aprecia una fuerte crítica a lo que llamó el autonomismo, que es el proceso histórico-existencial por el cual el hombre moderno define su posición vital como autonomía absoluta, en especial frente a Dios, llevando al ser humano a una situación de crisis. El autor ítalo-alemán propone como clave de interpretación las denominadas dialécticas del malestar: soberbia-angustia, conocimiento del hombre-desconocimiento de su esencia, revolución-dictadura y silencio-palabra. Estas dialécticas son la muestra de una nihilización de la vida, que proviene completamente de la pretensión de autonomía. El camino a seguir que propone Guardini, es una metanoia que retome el acto fundante de la ética.