Cuando mi generacion estaba en la escuela primaria, la palabra “nacionalista” tenia una connotacion diferente a la de hoy. En los libros de lectura y en la orientacion familiar, correspondia en primer lugar a un orgullo patriotico de fondo militarista, nutrido de la expulsion de los franceses, guerra holandesa y sobre todo de Paraguay. En segundo lugar, venia el extraordinario tamano del pais, con el inmenso territorio, el rio mas grande del mundo, los paisajes mas hermosos, la suavidad del clima. En Brasil no hacia demasiado frio ni demasiado calor, la tierra era invariablemente fertil, ofreciendo un campo facil y amigo del hombre, generoso y trabajador. Finalmente, aqui no habia prejuicios raciales ni religiosos, todos vivian armoniosamente, sin luchas ni violencias, y nadie conocia el hambre, pues solo quien no quisiese trabajar pasaria necesidades. El famoso libro del Conde Afonso Celso, Porque me ufano do meu pais (1900), expresaba en un grado de maxima exaltacion y de maxima ingenuidad esta vision tonta y peligrosa, que solo mas tarde seria ironizada con el nombre de ufanismo .