El presente trabajo que expongo a continuacion nace del feliz encuentro de dos situaciones: mi tesis doctoral presentada en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla: el historiador como pensador, asi como la investigacion que sobre memoria historica desarrollo para el Centro Nacional de Memoria Historica en el municipio de Quinchia Risaralda. Esas dos experiencias: la una, experiencia epistemologica y la otra experiencia de implicacion por parte del investigador teorico en una comunidad campesina me han llevado a pensar la relacion del investigador con el sufrimiento de las victimas, asi como la relacion del conocimiento con el sufrimiento. ?Que significa implicarse en una comunidad? ?Hasta donde llego en mi tarea de investigador cuando me encuentro con el profundo silencio o desconocimiento del pais con regiones que en la epoca mas aciaga de la violencia fueron victimizadas por el actuar de diferentes actores armados? Esas dos preguntas las afronto desde lo que llamo la responsabilidad historica del investigador social y el desafio que tiene el historiador y el filosofo con esa forma de muerte que es el olvido. Por eso resulta necesario preguntarse por el papel etico-politico del investigador que se implica en los procesos de reconstruccion de memoria de las victimas. ?Como funciona eso precisamente en tiempos post-ideologicos, caracterizados por la abierta distancia entre investigacion y politica?.