El mundo ficticio nos invento como una certeza, nos hizo creer en los inamovibles y nos conmino al aburrimiento de lo determinado. El mundo verdadero, sin detener su rumbo, nos ensena, por su parte, acerca de la continuidad del movimiento, nos arroja de frente a la incapacidad de controlarlo todo, nos recuerda la imprecision de toda certeza y nos golpea con lo inesperado de la contingencia. Mas alla de una identidad inmutable, somos en realidad un devenir, un revoltijo de instantes, una afluencia de palabras que inventan y re-inventan la vida misma en cada ocasion. Este articulo, en lugar de ser un escrito plano, intenta configurarse como una metafora de la creacion no lineal. El movimiento uno es la proclama agotada que ha entrado en crisis por la confusion entre fines y medios en la educacion, engano en que ha caido la escuela cuando se ha confundido en la busqueda equivocada de un medio, que desde otros, se le impuso como un fin: el desarrollo. El movimiento dos, consecuente con la obsesion por la racionalidad instrumental, esta dedicado al reduccionismo del lenguaje en la escuela, como una herencia de la logica metafisica tradicional y cuya maxima expresion se da en el exceso de explicaciones del maestro. La resolucion de estos asuntos girara en torno a la recuperacion del lenguaje autentico que posibilita la condicion creadora. En el movimiento tres, se presenta la logica lineal, fragmentada y anulativa del tiempo en la escuela, con su consecuente operacion mecanicista y programatica, derivada de la instruccion. La racionalidad instrumental y la obsesion por el metodo son los baluartes de un tiempo crono-logico, crono-metrico, crono-tactico que ya no nos conmueve y no nos fragua.