En el artículo se analizan los intereses de los proyectos económicos de la elite que mediaron en la construcción de los padrones coloniales en el poblado indio de San Luis del Caney y la ciudad de Santiago de Cuba en los últimos treinta años del siglo XVIII, interesándonos, ante todo, demostrar cómo la intervención de los empadronadores que cumplían “aparentemente” con el objetivo dispuesto, desde cierta voluntad “extra” demográfica, influyó en la manipulación de la categoría calidad-color tanto en el proceso de identificación de los residentes del poblado indio con el fin de negar su existencia como grupo privilegiado como en el de las familias santiagueras que se habían propuesto el blanqueamiento como estrategia de movilidad social.