Ante la globalización, y los cambios que esta le presenta a la humanidad, es fundamental que la Iglesia repiense su método de evangelización, su manera de comunicar el mensaje de salvación y el lenguaje que usa para hablar de Dios. Es evidente que para dar respuesta a los signos de los tiempos es necesaria una renovación eclesial; por ello, el presente artículo ofrece algunas claves para que la Iglesia se pueda comunicar con el hombre de hoy. Una propuesta actual que ofrece luces sobre cómo se debe evangelizar en una humanidad cada vez más cambiante. En este sentido, se propone una Iglesia encantadora y atrayente, creativa, desafiada, cercana, formada y comunicadora; una Iglesia no dirigida por una idea de auto-conservación, sino ante todo pastoral, del pueblo, misionera y que se sabe comunicar en el lenguaje y por los medios que el mundo actual le presenta.