El propósito del presente artículo es problematizar los imaginarios de la sexualidad y de la corporeidad femenina en el contexto social colombiano, analizando el imaginario de la-madre y la-siempre-virgen a través del pensamiento complejo de Edgar Morin y la teología queer de Marcella Althaus-Reid. En él se tomará como sujeto teológico a las madres de los jóvenes mal llamados “falsos positivos” del municipio de Soacha. A su vez en el artículo se propone un diálogo hermenéutico y epistemológico entre el pensamiento complejo y la teología queer, con la intencionalidad de visibilizar la violencia de género que sufren las mujeres en sus cuerpos por medio del condicionamiento de su sexualidad.