Este trabajo intenta demostrar que los discursos, que se oponen a la penalización del aborto y rechazan las normas constitucionales que protejen la vida, son una construcción ideológica artificialmente elaborada para justificar el aborto, y ocultar las relaciones asimétricas del poder entre la mujer y el no nacido. Para tal efecto, dichos argumentos son identificados y sometidos a un análisis crítico, que demuestra su caracter puramente emotivo y falto de fundamentos.