Las altas cifras de dificultades de aprendizaje, mayor al 30% en Latinoamérica, tienen consecuen- cias directas en Colombia porque los estudiantes de educación media y superior presentan bajos niveles de habilidades de lectura y escritura. Problemas concretos en el manejo del discurso, dificultades al argumentar, pobreza en la expresión oral y las limitaciones en el manejo de las referen- cias textuales, son muestra de ello. Así, la primera responsabilidad de la universidad debe enfocarse en fortalecer las competencias comunicativas de sus estudiantes, no solamente para garantizar la calidad de sus egresados, sino para prevenir potenciales deserciones estudiantiles. El cesa, para apoyar los espacios tradicionales como las materias de Comunicación oral y escrita, creó el centro diga, un instrumento de apoyo transversal a las prácticas lingüísticas de sus estudiantes.