La cárcel del Buen Pastor de Bogotá durante el período de hegemonía conservadora ilustra la política penitenciaria y los dispositivos formales e informales del control social de la época reunidos en una misma institución. En un intento de reconstruir la historia institucional, en el presente artículo se muestran las prácticas cotidianas del encierro penitenciario femenino a partir de un diálogo entre el institucionalismo y la criminología crítica en donde la normatividad penal, la religión y el control social convergen en un mismo escenario y con el mismo objetivo, frenar la criminalidad.