El presente artículo trata sobre los distintos procesos de apropiación del espacio ocurridos en los cerros orientales de Santafé de Bogotá (específicamente, en Monserrate, Guadalupe y La Peña) durante el período colonial, a través de la aparición y establecimiento de vírgenes en las cimas de las montañas. Se pregunta por las relaciones que se establecieron entre la construcción de espacios sagrados y la acotación de lo urbano en Santafé, analizando los propósitos evangelizadores en el territorio. Su principal aporte es relacionar el desarrollo de una religiosidad popular con el dominio de élites y el control social de la población. A partir de las apariciones y cultos desarrollados en las montañas, se describe la forma en que el control eclesiástico y regular buscó determinar los límites de lo urbano, incorporar los devotos a la vida urbana, diferenciar entre los señores de la ciudad y la plebe de los extramuros y asegurar el sostenimiento y proyección económica hacia el piedemonte llanero por medio del control moral, económico y social de la población del suroriente de la ciudad.