Aunque los gobiernos de la región lian aumentado sus gastos en salud y educación, los resultados son insatisfactorios. El gasto en esos servicios se lia considerado habitualmente como transferencia y no como inversión. La acumulación de capital humano ha sido relativamente lenta, con efectos negativos sobre el crecimiento económico y se ha distribuido en forma dispareja entre los diversos grupos de ingreso, lo que lia aumentado la desigualdad. En este artículo se examinan las causas de estos resultados. En primer lugar se describe la naturaleza del problema, aportando datos que confirman la escasa e inequitativa acumulación de capital social en la región, la que ha acentuado la desigualdad en la distribución de la riqueza y los ingresos. Luego se discuten las causas que explican esos resultados y se pone de relieve el efecto de una débil demanda de educación entre los pobres, causada, entre otros factores, por las restricciones de su ingreso y la política antigua de protección económica. En las conclusiones se destaca que las reformas económicas han aumentado la demanda de capital social lo que eleva la rentabilidad privada de la inversión en capital humano y da origen a un renovado interés del sector privado en mejorar el sistema de educación pública. Asimismo. el sector público tiene nuevos incentivos para acometer la reforma de los sectores de salud y educación. De esc modo podría iniciarse un círculo virtuoso de una mejor acumulación y distribución de capital humano, ligadas con un crecimiento económico más equitativo.