Este artículo analiza la fase de implementación de las escuelas primarias en la costa Caribe colombiana a partir del impulso dado por las leyes y decretos dictados en 1820 y 1821. Se intenta demostrar cómo, frente a los fracasos y disputas experimentadas durante la Primera República Federativa, el gobierno central buscó hacer presencia y ganar legitimidad a nivel regional a través de estrategias como el fomento de las escuelas primarias, instituciones consideradas como vitales para el progreso y el proceso de recuperación económica. Para alcanzar esa meta, el ejecutivo nacional cedió algunas responsabilidades a las autoridades locales pero manteniendo el control y la vigilancia. Estos establecimientos educativos se convirtieron también en escenarios a través de los cuales se buscó inculcar los principios republicanos y patrióticos con miras a mantener la unidad y estabilidad del sistema político. No obstante, este proyecto encontró en el ámbito regional de la costa Caribe varios obstáculos, tales como: la crisis fiscal y económica, el efecto destructor de la guerra y el débil aparato administrativo a lo cual había que sumarle las limitadas oportunidades de inclusión para algunos sectores de la sociedad.