El derrumbe del regimen autoritario de S. Hussein, consecutivo a una intervencion militar llevada a cabo de manera «relampago» en el primer semestre de 2003 por una (incierta) coalicion de paises bajo el mando militar de Estados Unidos, ha suscitado un vacio de poder y una inestabilidad interna multidimensional susceptible de afectar a los paises limitrofes, en particular por la cuestion trans-regional de las comunidades chutas y kurdas. Dicha inestabilidad, que se desarrolla con trasfondo una multiplicacion de los ataques armados contra las fuerzas extranjeras estacionadas en Irak, cuestiona y altera la imagen de «victoria» promovida por la administracion del presidente G.W Bush quien anuncio de manera triunfalista y apresurada la finalizacion de las «principales operaciones militares» el primero de mayo de 2003.