Emmanuel Lévinas es de los primeros críticos de un totalitarismo de la razón y de un centralismo del sujeto. Esto no significa que descarte la razón y se abandone a un irracionalismo; tampoco significa que el sujeto sea sentenciado a muerte; se trata más bien de un cambio de coordenadas del pensamiento tradicional, el cual es cuestionado por el otro, asunto fundamental en el presente artículo y en todo el pensamiento de Lévinas.