Este artículo explora la realidad de dos mujeres colombianas refugiadas en Chile, observando desde el enfoque de vulnerabilidad, los riesgos y su capacidad de respuesta ante ellos, desde la salida del país de origen, la entrada al de acogida, hasta su asentamiento en éste. Argumenta el texto, que esta población por el hecho de tener que desplazarse forzadamente - producto de la crisis humanitaria que enfrenta Colombia -, es vulnerada en su país de origen y puede llegar a ser vulnerable en el país de llegada. Sin embargo, la capacidad de respuesta de ellas para optar por mejores condiciones de vida, se desarrollará en función de los recursos materiales e inmateriales que ellas posean y cómo los hacen interactuar con el entorno, es decir con el conjunto de oportunidades que ofrece el Estado, el mercado y la comunidad en un territorio y tiempo determinado, en este caso Chile.