La comprensión moderna del movimiento físico resulta insuficiente para tematizar la incidencia en él de la causalidad final. La confusión de la finalidad física con algún tipo de noción formal lastra incluso la física filosófica de Aristóteles. Se propone entender la causa final física como un principio real, no mental, que guía —induce o atrae— la variación formal, sólo actuante junto con las otras causas que el Estagirita sienta, y cuya influencia en las tricausalidades cinéticas es la razón última del despliegue evolutivo de éstas dentro del cosmos.