Suele atacarse el planteamiento teleológico de la naturaleza una y otra vez. Si bien nuestro propósito principal no será ensayar una defensa de la teleología, intentaremos mostrar que desentenderse de la explicación por causas finales no resulta tan fácil como a simple vista puede parecer. En pocas palabras, sostendremos que la teleología no es un concepto permitido o anticuado, sino más bien una forma de pensamiento válida para la ciencia y para la filosofía.