El objetivo de este estudio fue comprender la reconstrucción de la vida buena en un escenario de participación comunitaria de mujeres rurales y sus acciones conjuntas cotidianas para exigir el acompañamiento institucional en la restauración de las vidas que valoran. Realizamos un estudio de caso de la Organización AMERSEA bajo el enfoque fenomenológico hermenéutico y por medio de técnicas como el fotovoz, el dibujo, las entrevistas y talleres – grupos de discusión; usamos el análisis temático para generar categorías y subcategorías desde la relación entre vida buena, participación comunitaria y procesos de reparación. Los resultados permiten comprender que la vida buena para las mujeres rurales se estructura alrededor del desarrollo de una vida tranquila en el campo desde cuatro dimensiones: el reconocimiento de las propias potencias para ser las mujeres que valoran ser, tiempos no inmediatos para avanzar en sus procesos de transformación y en el cuidado de la vida, la reconstrucción de un mundo relacional libre de violencias y dominación, y lugares seguros que permitan el encuentro y el reconocimiento de lo propio como base del desarrollo de capacidades. Desde esta concepción de la vida buena las mujeres reclaman acciones institucionales constantes, confiables y co-construidas con la comunidad que les permitan superar su experiencia de ser mujeres solas en la reconstrucción de vidas en paz.